El objetivo de este escrito es compartir nuestra opinión y conocimientos para que juntos podamos reflexionar sobre el impacto que las decisiones que se han tomado, y aquellas que se tomarán, podrían tener en el presente y futuro estado ambiental de la región afectada de la Sierra de la Culebra.

RESUMEN

La propuesta de Orden puede estar promovida principalmente por el riesgo de la plaga forestal causada por un “organismo de cuarentena” (el nematodo de la madera del pino Bursaphelenchus xylophilus), considerándose el organismo más peligroso para los pinares a nivel mundial. La Sierra de la Culebra se encuentra dentro de una zona geográfica de alto riesgo.

La Orden no especifica las condiciones que se tienen que dar para determinar si existe o no un riesgo fitosanitario que requiera la corta. En un árbol quemado y muerto los riesgos fitosanitarios son mínimos. Es decir, en madera totalmente muerta no pueden vivir las larvas de los insectos plaga, ya que se alimentan a partir de la savia elaborada.

Si obviamos el bajo riesgo fitosanitario de la madera muerta, realizar una tala indiscriminada sobre las áreas afectadas por el incendio durante los próximos meses, tendrá consecuencias medioambientales que pueden llegar a tener un efecto devastador.

La madera muerta juega un papel importante a favor del bienestar de los ecosistemas. Así, dejar restos de madera muerta en pie o derribados en los bosques puede tener un efecto positivo en el ecosistema.

Sería necesario disponer de un “Plan de Actuación” que detalle el grado de incidencia del incendio y las actuaciones a realizar en cada rodal, con el fin de evitar la tala indiscriminada de árboles y así mantener unos aspectos ecológicos acordes a cada situación.

Dependiendo del modelo de gestión que se decida llevar a cabo a partir de ahora y en el futuro, se ganan o se pierden los beneficios de ciertos servicios ecosistémicos que repercuten en la actividad económica y el bienestar medioambiental de la comarca.

En base a nuestra propia experiencia profesional en el ámbito de la gestión medioambiental y forestal y a la información disponible sobre el tema, os presentamos aquí lo que interpretamos que pueden haber sido las razones que han llevado a la Junta de Castilla y León (JCyL) a proponer tales medidas urgentes y extremas citadas (tala del arbolado afectado).

En primer lugar, decir que somos conscientes de que se trata de un caso particular en el que se ha visto afectada una gran superficie de terreno, concentrada en una misma zona, con retos propios de la zona geográfica de la que se trata (expuestas a continuación) y en la que suponemos que cualquier valoración de las masas arboladas realizada desde la administración para formar esta Orden habrá estado presumiblemente limitada por los insuficientes recursos técnicos necesarios para llevar a cabo un trabajo tan grande.

Tal y como indica la Orden, se propone la extracción urgente de madera quemada debido al riesgo de plagas biológicas que puedan afectar a los árboles que han sobrevivido al incendio.

Plagas por nematodos:

Aunque no se especifique en la propuesta de Orden, creemos esta decisión puede estar promovida principalmente por el riesgo de la plaga forestal causado por un “organismo de cuarentena”, concretamente el nematodo de la madera del pino (Bursaphelenchus xylophilus). A pesar de que aparentemente este
organismo no está presente en la Sierra de la Culebra, este paraje
se encuentra dentro de una zona geográfica de alto riesgo.

El nematodo B. xylophilus es originario de Estados Unidos, y tras su introducción en el este de Asia, donde causó daños de mucha magnitud, pasó a considerarse el organismo más peligroso para los pinares a nivel mundial. En Europa se detectó por primera vez en Portugal y, desde 2008, todo el territorio continental de Portugal se considera zona demarcada por la presencia de este organismo. Este patógeno también ha hecho acto de presencia en el territorio español, habiéndose detectado focos en masas forestales de Extremadura, Galicia y Castilla y León (concretamente en la provincia de Salamanca). Entre los árboles que pueden verse afectadas por éste patógeno (arboles hospedantes) se encuentran los géneros de coníferas Larix, Pseudotsuga, Abies y Picea, si bien su ataque sobre árboles vivos se limita al género Pinus: P. sylvestris, P. nigra y P. pinaster consideradas como las más sensibles.

El método de infección de éste patógeno se basa en la introducción del nematodo en un insecto (vector), que es el que se desplaza entre árboles, extendiendo así la plaga de nematodos a otros árboles y masas forestales. El vector del nematodo B. xylophilus es el insecto cerambícido Monochamus galloprovincialis, que se desarrolla sobre coníferas en decaimiento. En este sentido, la distancia de dispersión natural del nematodo depende del vuelo del insecto vector, pudiendo variar de pocos metros hasta varios kilómetros. Por ello, debido a la cercanía de la Sierra de la Culebra con las zonas demarcadas (afectadas por el nematodo) tanto en la provincia de Salamanca como en la frontera con Portugal pensamos que esta propuesta de Orden podría estar basada principalmente en la vulnerabilidad de las masas afectadas por el incendio al ataque del nematodo B. xylophilus.

Falta de condiciones específicas en las actuaciones preventivas establecidas por la orden

A pesar de que la propuesta de Orden establece la excepción de no cortar aquellos árboles donde no exista un riesgo fitosanitario para las masas forestales próximas, no especifica las condiciones que se tienen que dar. Por ejemplo, un árbol quemado, donde la afección ha sido del 100%, encontrándose dicho árbol muerto, los riesgos fitosanitarios son mínimos. Es decir, en madera totalmente muerta, sin restos de floema vivo (encargado del transporte de la savia elaborada), no pueden vivir las larvas de los insectos plaga, ya que se alimentan a partir de la savia elaborada. En caso de ignorar todo esto, se corre el riesgo de una tala indiscriminada de árboles con consecuencias medioambientales catastróficas.

Según el mapa de las especies arboladas afectadas por el incendio de la Sierra de la Culebra realizado por la Junta de Castilla y León con fecha de junio de 2022, la superficie afectada ha resultado ser de 24.737,95 hectáreas, de las cuales, 8.976,55 hectáreas corresponden a especies del género Pinus, siendo las especies principales el Pinus pinaster, Pinus sylvestris y Pinus nigra. Cabe recordar que estas especies son consideradas como las más susceptibles ante la infección del nematodo del pino. Además, según la propuesta de Orden, en el caso de pinares sólo se respetarán los pies no afectados por el fuego y que presenten estado vigoroso. Si obviamos el bajo riesgo fitosanitario de la madera muerta, si se realiza una tala indiscriminada durante los próximos meses sobre las 8.976,55 hectáreas afectadas por el incendio, sus consecuencias medioambientales pueden llegar a tener un efecto devastador.

¿Qué papel juega la madera muerta en los ecosistemas?
Retirar toda la madera muerta puede tener consecuencias negativas sobre la estructura y función del ecosistema:

  • La saca de la madera incrementa la escorrentía y erosión del suelo.
  • El arrastre de la madera que se retira puede originar la muerte de una parte importante del banco de plántulas o dañar rebrotes presentes en el momento de la actuación forestal, afectando negativamente a la regeneración.
  • La eliminación de la madera produce un efecto negativo en la biodiversidad de los insectos, lo que se traduce en una disminución de la abundancia y diversidad de otros organismos como las aves. Por tanto, la madera muerta, tanto en pie como en suelo, juega un papel importante a favor del bienestar de los ecosistemas. Así, dejar restos de madera muerta puede tener un efecto positivo:
  • Reducen la radiación incidente y el estrés hídrico de las plántulas, rebrotes o plantones repoblados favoreciendo su establecimiento.
  • Suponen una importante fuente de nutrientes que poco a poco se incorporan al suelo, manteniendo la actividad de los organismos en el reciclaje de madera haciéndolo disponible otra vez para las plantas.
  • Los árboles en pie actúan como perchas o refugios, por ejemplo, para las aves dispersantes de semillas, incrementando la diversidad del sistema.
  • Los árboles en suelo actúan como refugio de anfibios, reptiles y pequeños mamíferos.

¿Cómo se debería de actuar?
Todo esto nos plantea la idea que a pesar de redactar una Orden con la que se facilita la autorización de la extracción urgente de madera dentro del área afectada, también sería necesario disponer de un Plan de Actuación que especifique el grado de incidencia y las actuaciones a realizar en cada rodal, con el fin de evitar la tala indiscriminada de árboles y así mantener unos aspectos ecológicos acordes a cada situación.

Somos conscientes de que esta labor puede llegar a ser complicada, teniendo en cuenta la gran superficie afectada, el plazo de ejecución establecido por la Orden y la gran cantidad trabajo técnico que esto conllevaría. Por ello, interpretamos que las decisiones a tomar para elaborar un posible Plan de Actuación estarían comprometidas por esas limitaciones, llegando a tergiversar la realidad y encaminar las actuaciones restando valor a los aspectos ecológicos.

A continuación exponemos los puntos claves para elaborar un Plan de Actuación adecuado, en el cual debería figurar la siguiente información para cada rodal afectado por el incendio (o si existe un Plan de Ordenación en los Montes de Utilidad Pública, parte de esta información debería de estar descrita):

  • Descripción: tipo de suelo, orientación, pendiente, tipo de arbolado con sus datos dasométricos (altura, diámetro, edad…).
  • Incidencia del fuego en el rodal: porcentaje de árboles parcialmente quedamos y totalmente quemados, estado de la madera, estado del sotobosque, estado del suelo…
  • Objetos de conservación: elementos presentes desde el punto de vista de la conservación del hábitat.
  • Propuesta de actuación: en base a los datos recolectados, hacer una propuesta de las actuaciones a realizar (selección de pies para corta, creación de fajinas para evitar la erosión del suelo, vías de saca, volumen de madera muerta que se estima dejar…).

En el caso de las plantaciones forestales, se puede entender que el objetivo del rodal sea sacar el máximo de rendimiento a la extracción de la madera, pero se debe de incorporar en las pautas de gestión forestal el mantenimiento de estructuras del bosque adecuadas para los organismos especialistas forestales manteniendo árboles viejos y controlando la cantidad, calidad y distribución de tamaños de la madera muerta. Siempre y cuando el rodal lo permita, el volumen de madera muerta a mantener debería de acercarse a los umbrales favorables establecidos para mantener una base ecológica para la conservación; siendo más de 30 m3/ha de madera muerta con al menos 12 m3/ha en fragmentos de más de 30 cm de diámetro y al menos 4 m3/ha en pie.

Por otra parte, en una visita reciente a algunos de los rodales afectados por el incendio en las localidades de Val de Santa María, Villanueva de Valrojo y Ferreras de Arriba, hemos aprovechado para recoger muestras de pinos (Pinus sylvestris y Pinus pinea) totalmente quemados, y hemos podido comprobar que en las muestras recogidas (a una altura de 1,3 m con Barrena de Pressler), la madera se encontraba en buen estado, a pesar de que el árbol se encontraba totalmente quemado y muerto. Opinamos que este aspecto ha de tenerse en cuenta a la hora de negociar el precio de la madera a cortar y no tender a la baja.

¿Y qué hay del futuro?
La sierra de la Culebra fue declarado Lugar de Interés Comunitario (LIC) en el año 2004. El informe “Proyecto de Cartografía Detallada de Hábitats en Castilla y León en los Lugares de Importancia Comunitaria (Sierra de la Culebra ES4190033)” redactado en el año 2014 expone que “el estado de conservación del LIC Sierra de la Culebra, al menos desde el punto de vista de la vegetación, deja bastante que desear, ya que las plantaciones de pinos suponen casi la mitad del territorio que ocupa el LIC”, añadiendo que las formaciones forestales autóctonas presentes en el LIC son escasas. Los bosques con mayor territorio potencial en el LIC Sierra de la Culebra son los bosques de rebollo o melojo (Quercus pyrenaica), pero su área potencial lo ocupan mayormente los cultivos forestales para la producción de madera (sobre todo pinares). Es decir, donde de forma natural se desarrollaría un melojar, aparecen plantaciones forestales.

Recientemente ha salido la noticia de que la Junta de Castilla y León defiende la repoblación con pinos la zona afectadas en el incendio, estimando un gasto de decenas de millones de euros el coste de la repoblación en una década (Cadena Ser, 12/07/2022).

Antes de aprobar un Plan de Restauración del Hábitat de la zona afectada hay que valorar varios aspectos relacionados con el modelo de gestión que se potenciará:

  • ¿Son los pinos autóctonos? Sí y no: A pesar de que las especies de pinos sean autóctonas en el territorio español, en la Sierra de la Culebra no presentan ninguna área de distribución potencial, al contrario que, por ejemplo, los melojares, encinares y alcornocales. Estas últimas especies, en cambio, son las más adaptadas al terreno y condiciones climáticas en la mayor parte de la Sierra de la Culebra.
  • Plagas y enfermedades: A pesar de que muchas especies vegetales sufren en algún momento algún tipo de afección por insectos u hongos, a día de hoy, es el nematodo de la madera del pino el que más tiene que preocupar, ya que la Sierra de la Culebra se encuentra en una zona geográfica de alto riesgo para esta enfermedad. Recordemos que se ha considerado el organismo más peligroso para los pinares a nivel mundial. De hecho, cuando se confirma la presencia del nematodo, alrededor de cada árbol infectado, se levanta una zona donde se cortan todas las especies sensibles en un radio de 500 m, creando una zona de vigilancia intensiva que puede llegar hasta los 20 km de radio alrededor del árbol infectado (esta vigilancia y erradicación supone un gasto económico serio). En la propuesta final del “Plan de Contingencia del nematodo de la madera del pino (Bursaphelenchus xylophilus) en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, España” realizado dentro del proyecto PLURIFOR recomienda la repoblación con especies no sensibles al nematodo para su erradicación. Por lo tanto, en cuanto al riesgo fitosanitario, es muy desaconsejable la repoblación con pinos y muy recomendable la transición hacia especies arbóreas no susceptibles y que encuentran su área potencial en la Sierra de la Culebra.
  • Servicios ecosistémicos: Los servicios ecosistémicos son todos los beneficios directos e indirectos que proveen los ecosistemas gratuitamente, logrando satisfacer algunas necesidades de los seres humanos: provisión de materias primas, regulación de los procesos en los ecosistemas, hábitat, culturales…
    • Las plantaciones forestales ofrecen unos servicios ecosistémicos principalmente encaminados a la provisión, tales como madera, fibra, energía y alimentos (recolección de hongos). Temporalmente pueden ofrecer servicios tales como la protección del suelo o almacenamiento de carbono, pero estos beneficios se detienen cuando la plantación llega a su turno de corta (que varían entre 80-120 años para las especies del género Pinus) y empieza el proceso de extracción de la madera. En este proceso, y con la practica habitual que es la extracción total del rodal, el suelo queda desnudo, lo que conlleva, a través de la erosión, a la perdida del suelo y de materia orgánica acumulada en las capas superficiales del suelo. Además, este proceso de extracción de madera supone la destrucción del hábitat para un gran numero de animales así como un gran impacto visual, lo que le resta valor paisajístico.
    • Los bosques de especies autóctonas también ofrecen unos servicios ligados con la provisión de materias primas. La diferencia se basa en el tipo de extracción de madera, que se realiza generalmente por selección de pies mayores o por selección de rebrotes/ramas para la obtención de leña. Esta extracción se califica de baja intensidad, y el daño causado al ecosistema suele ser mucho menor que la extracción total. Esta gestión en cuanto al aprovechamiento de la madera promueve que los demás servicios ecosistémicos perduren en el tiempo sin alteración alguna (recolección de hongos, protección del suelo frente a la erosión, almacenamiento de carbono, conservación de la biodiversidad, regulación climática, valores culturales y paisajísticos, etc…).
  • Valores socio-económicos: aunque parezca de sentido común, muchas veces se nos olvida que dependiendo del modelo de gestión forestal que se establezca se pierden o se ganan algunos valores socio-económicos.
    • Una plantación forestal intensiva destinada a la producción de madera suele presentar unas densidades de árboles elevadas, lo que reduce fuertemente la creación de pasto, imposibilitando muchas veces la alimentación del ganado.
    • Generalmente, la atracción de turismo suele ser mayor cuanto más bosque natural haya. Remarcar que estos bosques naturales no tienen porque carecer de aprovechamiento, se pueden gestionar extensivamente. Sinceramente, a los turistas no les atrae ir a ver un monte que esté lleno de plantaciones forestales, ya que suele ser habitual que algunos rodales estén en proceso de corta (gran impacto visual restando valor paisajístico.
    • Turismo de observación y fotografía de la naturaleza: al contrario que los bosques naturales, una plantación forestal intensiva destinada a la producción de madera presenta un ecosistema más simplificado con una limitada oferta de hábitat para la fauna (además, recordemos que cuando llega el turno de corta esa oferta de hábitat desaparece). Un bosque natural, debido a su estructura más compleja, presenta una biodiversidad más abundante gracias a su alta oferta de diferentes nichos para la fauna. Este factor puede llegar a ser clave para el aumento del turismo de observación y fotografía de la naturaleza, afectando en el uso de otros servicios tales como la hostelería y restauración.

Con todo lo expuesto queda patente que en función del modelo de gestión escogido se ganan o se pierden ciertos servicios ecosistémicos que repercuten en la actividad económica y el bienestar medioambiental de la comarca. Está claro que los beneficios no serán a muy corto plazo, pero apostar por unos bosques con especies potenciales de la sierra, con una gestión extensiva y sostenible, ayudará a mejorar el futuro de la comarca.

Izargi Vega MasDoctora en Agrobiología Ambiental, con raíces en Val de Santa María

Iskander Barrena ZubiaurDoctor en Agrobiología Ambiental, adoptado en Val de Santa María