Entre todos la quemamos y ella sola ardió. Todo el mundo decía cuando haya un incendio en el monte se quema entero, y efectivamente, no hacía falta ser agorero sino tener sentido común. Todo el monte estaba lleno de matorral, de monte bajo, facilitador de la quema de árboles altos, encinas, robles y castaños, sin decir de los pinos que no son autóctonos.
Años atrás cuando el monte era aprovechable, se cultivaba, todo el mundo tenía cuidados los quiñones. Ahora el monte se ha abandonado, como se han abandonado los pueblos, no queda gente, la poca que queda no puede y el que puede hace lo suyo que ya es bastante.
Todos tenemos que hacer examen de conciencia desde los vecinos hasta la administración.
El monte se ha abandonado, como se han abandonado los pueblos, no queda gente, la poca que queda no puede y el que puede hace lo suyo que ya es bastante
Los vecinos. Hemos abandonado el monte, sólo lo teníamos de selva o jardín. Pero es natural, de lo que no se vive se abandona, porque para vivir se necesitan ingresos de alguna actividad productiva o del trabajo que es lo mismo. Tener todo cuidado, casas y monte, es inviable, pues el tiempo libre no da para tanto y los salarios tampoco, si no hay alguna actividad remunerada que lo remedie, el monte seguirá de selva.
Las asociaciones de cazadores, que administran los derechos de caza de los propietarios, cultivan fincas de monte para que coma la caza, pero sin ningún criterio para proteger el monte del fuego.
La Administración. Aquí también hay leña que quemar, tenemos tanta, que nadie coge el toro por los cuernos. Esto es como si tuviéramos muchos músicos, que tocan cuerda, persusión y viento, pero nadie los pone juntos a tocar y no suena bien, alguna vez coinciden y sale alguna armonía.
El Ayuntamiento, hace tareas de limpieza y desbroce por el pueblo y caminos necesarios para las actividades que mantienen vivo el pueblo, hacen lo que tienen que hacer, hay que ir a lo necesario.
Ha habido ayudas, para desbrozar fincas, que concede la administración, no sé cuál, pero sin ton ni son, al que la pide, al más espabilado de la clase, pero sin continuidad, con lo que con la frondosidad que caracteriza nuestra zona, al año siguiente, está más poblada de monte bajo y más riesgo de incendio.
Por otro lado, los agentes de la autoridad, SEPRONA, medioambiente, etc. el terror del desbroce y la poda, a la caza del furtivo, que los políticos crean con sus leyes. Hoy puedes cortar leña, mañana no, porque han sacado una ley que lo prohíbe y si lo haces, te conviertes en un ilegal y te mando a mis agentes para que te penalicen. Bien, es la represión lo que caracteriza a nuestro sistema legal, a nosotros nos tratan como a borregos, a los agentes que no piensen, prima la potestas sobre la autoritas. Pero ellos no tienen la culpa, hacen su trabajo, proteger, servir y ayudar.
Como veis, todos quemamos el monte, unos por acciones contradictorias, otros por inacción, otros por dejadez, otros por desconocimiento y los que han hecho algo, se ha salvado lo suyo, bravo, pero el resto es un páramo.
Ahora ya está bien de análisis pero hay que perfilar alguna solución práctica, no sólo quedarnos en planes y estudios, tochos de páginas, que nadie se lee y el que los lee, los interpreta como quiere. No soy yo quien diga que no es necesario un plan, al revés, es más que necesario, es la organización misma, pero debe ser sencillo, útil y dinámico. Cuánta inteligencia hay que meter para hacerlo simple, los que habéis tenido que sintetizar texto, lo sabéis. Útil, debe de servir al fin, no al medio, muchas de las tareas que se hacen en un plan son poco o nada productivas que lo que hacen es entorpecer aquellas que llevan al fin. Dinámico, esto es lo más complicado, hacerlo rápido y cambiar tareas o actividades que no aporten o nos desvíen del fin.
Posibles soluciones con los escasos recursos de que se dispone, que siempre van a ser escasos porque por eso son recursos, hay que administrarlos bien, para sacarle el máximo provecho:
Definir los perímetros críticos de protección tanto para zonas habitadas (pueblos) como no habitadas (montes), cortafuegos de verdad. Ahí todos, vecinos, administración y asociaciones tienen que desbrozar, sembrar, quemar y subvencionar si es necesario
Promover la ganadería extensiva, vacuno, ovino y caprino, incentivarla. Como decían, apaga más fuegos una oveja que un bombero.
Los agentes medioambientales que actúen con criterio de ciudadano, vigilando, cuidando y con visión para que las leyes estén acorde a natural devenir.
La Administración, que actúe de consultora más que de inspectora o auditora. Que sus conocimientos simplifiquen procedimientos, propongan soluciones y las pongan en marcha. Que con un simple click en un mapa de sigpac o catastro, puedas solicitar podas-quemas-talas-desbroces controlados o que el propio agente lo pueda hacer in situ.
Hacer una reconcentración de fincas para que sea más viable su aprovechamiento y cuidado.
Los montes y pueblos cuidados, la Sierra de la Culebra, nos ayudan a todos, pulmón natural, pastos para ganaderos, micología, apicultura, aprovechamiento cinegético, turismo …
Los montes y pueblos cuidados, la Sierra de la Culebra, nos ayudan a todos, pulmón natural, pastos para ganaderos, micología, apicultura, aprovechamiento cinegético, turismo natural, avistamiento de lobos y fauna salvaje, productos de cercanía, huerta del Valle Tera y más intangibles.
Con las técnicas tradicionales de cuidado que nos dieron nuestros ancestros hemos llegado hasta el siglo XXI, con árboles, caza, pájaros en el campo y peces en el río. Ahora, con tanto conocimiento, cuidado delegado y controlado en extremo, viene la naturaleza y sin permiso, con un rayo, nos enseña de nuevo la lección.
Hagamos entre todos, que nuestros pueblos resurjan con fuerza y frenemos la despoblación. Nosotros somos el fruto de nuestros antepasados, que de la tierra que vimos arder, sacaron lo necesario para sobrevivir y su porvenir. Si para ellos fue la tierra prometida porque para nuestros hijos no va a poder ser.
Juan Antonio Mateos